Retomamos nuestro blog de animadorxs en pandemia con las últimas historias, historias que nos han llenado y sobre todo nos han acompañado.
Nos alegra ver que conforme acabamos este pequeño diario parece que empezamos a ver la luz, unos rayitos que deseábamos con ansia y con demasiada necesidad.
Hoy venimos a contaros la historia de Mara, nuestra coordinadora de eventos en Somnis, una cara que hemos visto muchas veces en Playtown, la pequeña ciudad que con tanto amor construimos y con tanta pena hemos tenido que dejar marchar...
Mara comenzó con nosotrxs va a hacer ya 12 años, justo en esta época lanzamos una selección para animadorxs turísticxs y su currículum llegó a nuestras manos. Una niña con mucha predisposición y muchas ganas de aprender, poco a poco descubrió lo que significaba la animación y decidió dejarlo todo y dedicarse plenamente a ello, con la suerte de que en Somnis recibíamos un gran proyecto y fue la persona elegida para desarrollarlo, desde ahí...hasta ahora...pasando por todos los departamentos de nuestra empresa.
Ella ha vivido la pandemia desde una perspectiva muy diferente y que ha decido contarnos sin obviar detalle:
"Aún recuerdo las primeras noticias sobre la COVID, estaba de vacaciones. Todos los años guardo una semana para irme de vacaciones con mis padres, para pasar tiempo juntos y hacer turismo y desconectar. Esta vez era especial, algo tranquilo, porque el 2020 me había traído el mejor regalo que podía esperar, estaba embarazada. Así es que nos fuimos a un balneario a desconectar y coger fuerzas para volver a la marcha. Escuchábamos la noticia sobre todo lo que estaba pasando en China, sin restarle importancia pero sin pensar en lo que venía. Las vacaciones se acabaron y volví a la oficina (aún recuerdo cada momento como si no hubieran pasado ya 14 meses...). De repente una tarde salí corriendo de la oficina, diciéndole a Pol que me iba al hospital y ya no volví más...
Tras un diagnóstico de embarazo de riesgo me dieron la baja con reposo absoluto el 28 de febrero sin saber lo que se venía encima. Todo lo que sucedió a partir de ahí fue como una película de terror, drama y amor.
Hormonada, sin apenas poder moverme, con miedo por el bebé que llevaba dentro, por mis padres, por un futuro incierto...
He vivido un embarazo surrealista, inmersa en la preocupación y en la tristeza de estar viviendo un momento importante en mi vida sin poder compartirlo ni siquiera con mi familia. Atemorizada vi como a muchas mujeres se les obligaba a parir solas y el miedo y la impotencia se apoderaban de mi. Por suerte, se rectificó ante tal injusticia , pero si que tuve que asistir a pruebas médicas, ecografías y consultas sola, sin poder compartirlo con mi pareja y privándole de vivir cada momento de su bebé.
Álex nació en julio, y por suerte, nuestra familia ha podido estar en cada momento de su vida hasta día de hoy y por ello doy gracias cada día, sin embargo, sigo teniendo amigxs muy importantes que no han podido conocerle.
He vivido un postparto en medio de una pandemia, y quien haya sido madre (o padre) seguro que entiende lo terrorífico que puede llegar a ser esto 😂 .
Cuando imaginé ser madre jamás imaginé que mis principios como madre primeriza los viviría así, han sido meses muy muy difíciles, pero sin embargo, he aprendido a intentar ver lo positivo de la situación. Álex va a cumplir 9 meses, y ni su padre ni yo nos hemos perdido un solo momento de su vida, porque los dos estamos a día de hoy en casa, con él.
Pero antes de ser madre yo tenía otra vida, otras ambiciones, una vida soñada que iba a ser aún más plena al tener un bebé... sin embargó, jamás olvidaré aquel 28 de febrero que salí corriendo de Playtown porque sería el último día de muchos momentos.
Fue la última vez que almorcé con mis compañerxs, la última vez que trabajamos codo con codo todxs, la última vez que vi Playtown con luz, la última vez que tuvimos una gran reunión, la última vez que me hice un café y me senté en mi mesa a organizar un evento, a preparar material, a llamar a animadorxs o a hablar con clientes...
Ese día no sabía lo que me iba a cambiar la vida, y a día de hoy aún todo sigue pareciendo una película.
No se que será de mi futuro, no se que será del futuro de Somnis, lo que si que se es que el equipo humano que hay detrás ha luchado con uñas y dientes toda la pandemia dirigidxs por una capitana, Eva, que es sorprendente la entereza y la fuerza con la que es capaz de luchar por un sueño que le costó tanto hacer realidad y que construyó con tanto mimo, es admirable, sin duda, una mujer empoderada que supera cada reto intentando no caer.
Pauli, Nati, Gime, Héctor y Pol ( y en su momento, Manolo) sin duda, son el complemento perfecto a una empresa que sobresale entre otras por su trato humano, por su cercanía y porque aunque suene a tópico es una gran familia, con sus más y con sus menos, como en todas las buenas familias, pero con un mismo fin, sobrevivir y si puede ser, con el menor número de bajas posibles.
Por suerte, mi 2020 dista mucho del 2020 de todo el mundo, para mí, es por ahora el año más especial de toda mi vida, el que me trajo el amor más puro que hay y aunque haya sido una temporada difícil, he podido evadirme y disfrutar de este regalo de la vida que se llama Álex, del que disfruto con mi pareja Sergi , por suerte y por desgracia (véase ambas partes), cada día.
No se que me deparará el futuro, ni si todo volverá a la normalidad.
Pero aunque soy consciente (y me enfurece enormemente) de que hay gente que no ha aprendido nada de esta pandemia, yo sí que he aprendido.
He aprendido a amar ante la adversidad, a luchar por lo que verdaderamente importa, a dedicar mi tiempo a lo que quiero y a quien quiero, a saber esperar, a entender que la vida tiene un coste y hay que saber aprovecharla, a hacer una pausa a muchas amistades y momentos, y a esperar que cuando vuelva a darle el play estén deseando tanto como yo volver a reír sin nada que nos tape la sonrisa.
A veces, una pausa puede significar solo eso, una pausa, otras, quizás sea el fin de la película, pero por suerte la filmoteca es muy amplia y siempre hay otra película que nos hará sonreír.
Espero que esta pausa, sea solo eso, una pausa, porque no hay que dejar de soñar y aunque a veces solo veamos nubes, no es tan raro que los sueños se cumplan. 😉"
Como siempre decimos...
NUNCA DEJES DE SOÑAR...
¡Feliz comienzo de semana!